Trabajé en Bellaterra Música Ediciones durante un año. Iba de la estación de Gràcia a la del pueblo de Bellaterra en ferrocarril, luego andaba por un camino a través del bosque durante 10 minutos y finalmente subía una cuesta monstruosa hasta la casa donde estaba la editorial. Todo esto lo hacía muchos días corriendo porque llegaba tarde, para frustración de Montse, a la que siempre prometía que la próxima vez sería puntual. Me encantaba el camino al trabajo. A dos paradas de ferrocarril la ciudad desaparecía y emergían las montañas, poderosas, mientras se sucedían edificios antiguos señoriales y pequeñas estaciones a cada cual más fría cuanto más lejos estaban. Y luego el atajo por el bosque, que cada mañana me hacía sentir como Caperucita (a veces iba dando saltitos, imaginando que era ella, y si veía a alguien que venía en mi dirección, a lo lejos, me cagaba de miedo urbanita). ¡Pero mira que era guay atravesar un bosque para ir a currar!
Cuando llegaba a la casa me iba directamente al cuarto que había junto al garaje. Allí me esperaban estanterías llenas de libros, una mesa de billar, generalmente cubierta de libros también, un piano y mi mesita de trabajo. Hacía de todo: escribir a distribuidores, clientes y colaboradores, hacer y pasar facturas, llevar la contabilidad, empaquetar libros… y mientras, me ponía CDs de Schumann, Albéniz, Beethoven u otro gran músico clásico, tanto que aprendí de ellos durante ese año. Cuando estaba cansada de estar sentada salía al patio, me fumaba un cigarrillo y volvía tranquilamente al trabajo. Hacia mediodía llegaba Montse. Juntas repasábamos tareas, dábamos por acabadas algunas, comenzábamos otras nuevas.
Era el paraíso para mí. Era Bellaterra Música Ediciones, una pequeña editorial dedicada a los libros infantiles sobre música. Edita preciosos cuentos con CD sobre compositores clásicos, instrumentos y actividades musicales. Al mando, Montserrat Roig, editora y profesora de música en El Musical, escuela de música y danza en Bellaterra. Ella me dio mi primera oportunidad laboral de verdad en una editorial y me enseñó muchas cosas con paciencia de profesora. Cuando empecé este blog y pensaba en temas sobre los que escribir, tenía claro que dedicaría una entrada a Bellaterra Música. Pues aquí la dejo, con todo mi agradecimiento y un poquito de nostalgia. Salut Bellaterra!